jueves, 3 de diciembre de 2015

Revival, de Stephen King, o el nuevo moderno Prometeo

Hace algunos días que he estado en la disyuntiva sobre si debo dar rienda suelta y leer todo lo disponible sobre un autor, o ir alternando las lecturas de otros escritores que, por cierto, van generando el contraste necesario para una mejor comprensión de los textos leídos (entre paréntesis, hubo una época que creo haber superado, en que todo era comparable con Virginia Woolf. Yasunari Kawabata se medía de acuerdo a Woolf, Hemingway, Diamela Eltit, Nona Fernández, etc.) Empecé entonces a leer varios libros de Stephen King con el afán de empaparme de su mundo, pero luego que terminé de leer el último -REVIVAL-, sentí alguna necesidad de variar un poco el estilo y aproximarme también a otras plumas. Ahora estoy leyendo "El nombre de la rosa", de Umberto Eco, pero luego vendrá el comentario de ése. Estas palabras se dirigen a REVIVAL, uno de las últimas novelas lanzadas por Stephen King. No voy a contar la historia, pero básicamente trata de la historia del niño, adolescente y adulto JAMIE MORTON que se hace amigo del pastor evangélico de su comunidad, CHARLES JACOB, cuando el religioso llega designado a la iglesia a la que pertenece la familia Morton. A lo largo del libro el autor va narrando los momentos en que ambos se encuentran a lo largo de sus vidas, primero de manera fortuita y luego, especialmente llegando al final, de manera deliberada. El asunto es que el pastor, al poco tiempo de llegar a su nuevo empleo, sufre la muerte de su esposa e hijo por un accidente automovilístico: a ella le queda un ojo colgando de la cara y al niño se le deshace también el rostro. Entonces el pastor cae en una crisis de fe (que no es crisis porque de ahí nunca sale) y manda al carajo toda la religión y a Dios y su creencia en general y se vuelva totalmente a la experimentación con su gran pasión: la electricidad y sus efectos. Es a raíz de esos efectos que alcanza fama (cura a la gente a través de esta energía) y contrata a Jamie para que lo asista en sus experimentos. Nada más de sinopsis. Lo primero que me llamó la atención, y no es sino hasta la mitad del libro, fue la tremenda similitud con uno de los grandes de la narrativa de terror -o ciencia ficción-: FRANKENSTEIN. En esta última historia, el Dr. Frankenstein (así es, el monstruo no tiene nombre!) crea una abominación terrible a partir de cuerpos muertos, que es lo mismo que plantea hacer CHARLES JACOB con un cadaver que también ha dispuesto con ese objetivo. Lo que varía eso sí, podríamos decir, es el objetivo del objetivo, pues mientras que el doctor solo pretendía volverlo a la vida, también de la electricidad, solo para comprobar que podía hacerlo (si no me equivoco, leí el libro el año 2009), el objetivo de Charles Jacob es traer de la muerte al cadaver que tiene en su mesa de experimentación para nada más ni nada menos, que le cuente qué hay al otro lado de la gran puerta llena de maleza. Cuando la mujer vuelve a la vida (lo que hace soltar también la clásica expresión del científico "está viva, está viva"), vuelve convertida en algo más, en algo terrible que trajo consigo, en una presencia que se hace llamar LA MADRE (la muerte), que comanda sus imperios al otro lado de pared de la vida. No voy a contar qué es lo que ve ahí adentro, para eso tienen que leer la novela, pero las similitudes con FRANKENSTEIN son saltan a la vista. Todo esto sin mencionar que la primera persona a la que agradece King en la contraportada de su libro es a Mary Shelley, que la niña que vuelve de la muerte en el libro de King se llama Mary Fay (ocupando el mismo nombre de Mary Shelley), que el padre de Mary Fay es Franklin Fay, generando la misma entonación y contando con el mismo número de sílabas que Frankenstein, etc. Vemos entonces que King en esta novela una polifonía que no vemos en otras. King construye REVIVAL casi declarando abiertamente que su base inspiracional es el libro de Shelley, haciendo que el suyo propio no sea solo de terror sino también de ciencia ficción. Revival plantea finalmente eso, la utilización de la ciencia para fines que "todavía" no se han descubierto. Frankenstein es considerada también una obra de ciencia ficción, de hecho, la primera.
Otros de los sentidos polifónicos de la novela es la constante referencia que hace a la cultura popular, a la globalización, a actores y herramientas de internet para realizar sus búsquedas. Es entretenido de hecho al final del libro cuando el narrador plantea al lector la idea de buscar en "Google" al pastor Charles Jacob con el fin de demostrar los millones de artículos escritos sobre él. Por otro lado, no sé si King habrá leído "Reino de Tinieblas" de Dean Koontz, pero lo cierto es que este otro autor estadounidense plantea en esa novela la misma encrucijada que presenta King: un hombre que vuelve de la muerte y que trae consigo una presencia malévola. Interesante. También es posible ver vínculos con novelas de él mismo, como "La milla verde" (esta actividad curativa de sus personajes), o "El resplandor", cuando Jamie se ve besando a un cadáver (como Jack Torrance en el Overlook Hotel), o cuando relata que todos los personajes sanados por el pastor han quedado víctimas de un "resplandor" que les permite ver más allá de esta realidad. Vemos así que King forja un universo en que cada libro está anclado de una u otra forma a otro. Ni que decir de las referencia a "Joyland", otra de sus novelas, que cuenta la historia de un parque de diversiones en que el mismo Charles Jacob ha trabajado.
Para cerrar, me interesa plantear un tema que King abre por primera vez, si no me equivoco: la eterna pregunta humana de lo que sucede luego de que dejamos de respirar. Si no recuerdo mal, King no ha planteado esta interrogante en otras novelas, constituyéndose este libro en su primera aproximación. Y no es de extrañar, la verdad. Un hombre mayor que se empieza a aproximar a la muerte y como mortal y buen artista, comienza a reflexionar sobre lo que pasará más allá de la gran pared. King mismo se ve atravesando esta puerta al encuentro de la madre, y el elemento principal que nos hace pensarlo así, es el parecido que el autor y el protagonista tienen en su juventud: yonkies, alcohólicos y buenos para el rock and roll.

viernes, 27 de noviembre de 2015

APOCALIPSIS -Stephen King

Cuando llegué a Concepción, la ciudad en que vivo hace seis años, llegué buscando trabajo. Como sabía que los puestos para los psicólogos son muy escasos, me hice de un buen número de libros para esperar a que me llamaran de algún lugar. Una de esas novelas, era el archiconocido mamotreto de STEPHEN KING, It, que mi hermana me había regalado hace algunos años (6 en ese entonces). No había comenzado a leerlo porque tenía muchas páginas y me intimidaba. Jamás había leído un libro tan grueso (1400 si no me equivoco) y temía no ser capaz de llegar al final. Un día, sin embargo, viendo que mi temor laboral se concretaba y mis curriculums parecían volar por los aires sin llegar a ningún escritorio, decidí comenzar a leerlo, así, sin presiones, sentado en el pasto de los parques de la U de Conce. Me encantó. A las pocas páginas no podía soltarlo y noche tras noche iba devorando la historia con la avidez de un muerto de hambre que le instalan un banquete de extravagancias desconocidas pero deliciosas frente a él. Lo terminé en poco tiempo. Y así como sucede con las buenas historias, no recuerdo tan al detalle la trama pero sí las emociones e imágenes que la lectura me evocó. Al final, esa es la razón por la que uno lee, ¿no?, para quedarse con esas imágenes placenteras que los textos hacen nacer en nuestras mentes. Bueno, la cosa es que hasta ese momento no sabía que era capaz de leer libros de esa magnitud sin perderme en la historia y por eso decidí atreverme con otro de un número similar de páginas (luego supe que en realidad era el más extenso escrito por King), me refiero a APOCALIPSIS. No entraré en detalles -ya lo hace KING en el prólogo- sobre la diferencia entre APOCALIPSIS y LA DANZA DE LA MUERTE, el libro que sirve de origen para el posterior. Hace algunos días terminé de leerlo -hace más de un mes en realidad- y como me he comprometido conmigo mismo a mantener al día este blog e ir comentando las principales novelas que pasan frente a mis ojos, quisiera dedicar algunas palabras a APOCALIPSIS, ex DANZA DE LA MUERTE, THE STAND. No sé si alguien leerá esto alguna vez, pero así como dicen, hay que escribir para uno y luego dejar que otros metan los ojos y opinen. Ahí verán entonces otros en otro lugar. APOCALIPSIS es un libro que plantea escenarios en distintas ciudades de Estados Unidos y narra las vivencias de personas, inicialmente separadas, frente a la expansión de un virus mortal que arrasa con gran parte de la población de, Estados Unidos, obvio, y de parte del mundo (dato freak: Stephen King nombre dos veces a CHILE, mi país, la primera en la página 262 y otra ya casi finalizando. Nombra VAAARIAS veces a Brasil, así como si latinoamérica fuera finalmente el lugar de refugio luego de que el mundo se ha destruido). Estas personas que comienzan a vagar por sus ciudades, planteándose diversos destinos, etc, comienzan a tener un sueño recurrente y común para todos ellos: sueñan con una anciana que sentada en su porch toca la guitarra y los invita a agruparse junto a ella en el estado de NEBRASKA, donde viven. Por otro lado, hay también otros sujetos que sueñan con otro ser, llamado RANDALL FLAGG, que guía a sus "soñadores" a unirse a sus fuerzas en NEVADA, espécíficamente en LAS VEGAS. Estos sueños dicotómicos hacen que los personajes de la novela vayan escogiendo sus caminos rumbo a la anciana, los buenos, o rumbo a Flagg, los malos. Una vez que se han asentado y por alguna razón que nunca llegué a comprender demasiado bien, la anciana (Madre Abigail) incita a sus gentes a moverse hasta otro poblado, llamado BOULDER, donde se fundará la ZONA LIBRE, vale decir, la zona donde el VIRUS TROTAMUNDO ha sido erradicado y todos viven en paz... mentira. Ahí comienza el asunto interesante de la novela que excede lo fantástico y la posiciona dentro de las novelas/tratado de cómo reaccionaría la sociedad frente a un ataque apocalítico en que todo se destruyera y las personas tuvieran que volver a organizarse solo a partir de los recuerdos de una sociedad pasada, sus instituciones, sus policías, sus tribunales. Por supuesto, había un sociólogo, un anciano (GLEN), que a lo largo del libro teoriza con respecto a la institucionalidad de las cosas y la necesidad de instaurar un nuevo orden similar al orden anterior. Así, en la ZONA LIBRE, se escoge un comité conformado por los personajes que hemos ido siguiendo desde que el mundo aún era mundo, cuyo objetivo es volver a instalar el orden social, ya perdido por los meses del caos. Una vez ahí, las personas se comienzan a preguntar por los sueños que también ellos han tenido, vale decir, sobre el HOMBRE OSCURO, o Randall Flagg, etc, como el malo de la historia, y empiezan a cuestionar el por qué ellos, como ZONA LIBRE, no saben nada de él y de los hombres de este sujeto. Después de alrededor de 200 páginas de dimes y diretes, se determina que un grupo de personas irá a este otro lugar a ver qué tan amenazante resulta el hombre oscuro para la zona libre. Los miembros espías son elegidos por la anciana Madre Abigail, que luego de haberse perdido por semanas y habiendo dado la posibilidad a lo que queda de humanidad de restituirse institucionalmente, vuelve desnutrida, al borde de la muerte, señalando que son cuatro los elegidos para salvar al mundo... porque DIOS así lo quiere: Stu, Larry, Glen y Ralph. Fran, pareja de Stu, en ese entonces rompe en llanto, le llama vieja bruja, etc, pero finalmente se controla y los cuatro hombres parten con lo puesto a este otro lugar. Flagg, obviamente como malulo super poderoso tiene un ojo que todo lo ve desde los cielos, además de la envidiable capacidad para convertirse en cualquier animal, ave, serpiente o lo que sea, y le dice a sus hombres que se preparen para recibirlos y matarlos. Tras una larga, extensa y extenuante caminata que les arrebata a Stu (se rompe las piernas al caer por una pendiente), los hombres de la ZONA LIBRE llegan a LAS VEGAS, son apresados por los hombres de FLAGG y llevados a un "juicio" unilateral, declarados culpables y condenados a morir. Ah, en el transcurso de estas acciones, Glen, el sociólogo, se enfrenta cara a cara a Flagg y éste decide ejecutarlo de un balazo limpio en la cara, por tanto quedan dos. Son estos dos los que finalmente se enfrentan a la muerte y al momento de estar atados esperando que un par de camiones tire de sus extremidades para desmembrarlos, aparece un personaje ya medio olvidado de la trama, TRASHCAN, con una bomba nuclear, la que finalmente estalla (por culpa de un "fósforo encendido" de FLAGG, nunca juegues con fuego) y toda LAS VEGAS salta por el aire. Stu, aún vivo, observa el hongo nuclear desde lo lejos y sabe con certeza que todo acabó para sus amigos espías y para los malos de la historia. Afortunadamente él todavía está vivo y como testigo necesario para dar cuenta del resto de historia, es salvado por TOM CULLEN, un retrasado mental también enviado de forma previa para espiar los dominios del hombre oscuro, que a esas alturas ya viene de regreso. Tom lo salva pues se encuentra al borde de la muerte por las infecciones de sus heridas. Comandado por NICK, desde el más allá de la muerte, lo lleva a una farmacia y le indica qué medicamentos necesita STU para poder vivir (es una novela fantástica, ¿qué esperaban?). Gracias a estas drogas Stu finalmente sobrevive y se encamina con TOM hacia BOULDER, COLORADO, para contar todo lo sucedido. Una vez ahí, son recibidos como héroes, salvadores de la humanidad y bla bla bla. Lo recibe Fran que ya ha tenido al bebé (ehmmm... había dicho anteriormente que Fran estaba embarazada?) pero el crío está al borde de la muerte. Finalmente el niño sobrevive y los médicos (ya hay dos médicos en BOULDER y el narrador reflexiona sobre qué sucederá cuando se les ocurra pensar que tienen que pagarle por sus servicios) le explican que probablemente casi muere a consecuencia del virus TROTAMUNDO, pero que ha desarrollado una inmunidad congénita y por gracia divina y biológica, se ha salvado. Es en ese momento que Fran decide plantearle a Stu el regreso a su antigua tierra, MAINE, y Stu acepta. No son los únicos que se plantean la emancipación sino muchos más. Algunos quieren bajar hasta sudamérica e instalarse en Brasil. Otros piensan que en cada país debe haber ZONAS LIBRES, países como CHILE :), etc. Finalmente Stu y Fran se van y la novela cierra planteando la llegada de un hombre de vaqueros, con botas, que mira tranquilo y sonriente su próxima civilización a conquistar. RANDALL FLAGG ha vuelto, porque es inmortal. Y a pesar de que no recuerde nada, o solo vagamente, las andanzas de su vida anterior, se mantendrá entre los hombres como una especie de psicópata desalmado destinado a arruinar cada llama de paz o esperanza que alguien prenda. El diablo. Me encantó el libro. 1500 páginas es más que suficiente para desarrollar con amplitud las ideas que solo he enunciado en esta humilde reseña, y lo hace de forma magistral. No es terror barato ni que busca la salida facil. Es terror crítico porque no busca la salida cómoda sino la estrategia más parecida a la vida real para dar un desenlace a las acciones. Ya sabemos toos que la vida no es facil... salvo la de PARIS HILTON, claro, pero ella me tinca que es marciana. Me pareció excelente la forma en que King plantea a través de sus personajes la escenificación de los buenos contra los malos y las estrategias utilizadas en cada bando para conocer los planes del otro: espionaje. Me pareció muy interesando la idea de que King utilizara para este fin a un retrasado mental que por aquel solo hecho no podía ser descubierto por las fuerzas telepáticas de FLAGG, como si quisiera demostrar la complejidad que muchos desconocen o descreen de este tipo de personas. Es TOM finalmente el único que regresa después de semanas en los terrenos del hombre oscuro, pues es el único que no pueden descubrir. Es TOM también quien salva la vida de STU y es por ese acto que ambos hombres pueden volver a sus hogares en BOULDER para relatar lo visto y vivenciado de camino a la zona oscura. Resulta interesante la forma en que KING construye sus personajes porque no cae en las obviedades de los malos escritores de dotar solo de buenas características a los buenos y solo de malas a los malos. Tanto buenos como malos comparten humanidad y por ese solo hecho ni los malos son tan malos ni los super excelentes son tan buenos. Harold Lauder, por ejemplo, un escritor adolescente venido a menos, que luego de sentirse rechazado por la mujer que ama (Fran), opta por la astucia y aparenta estar trabajando por y en conjunto con la comunidad, por dentro el odio lo consume. Hay un aspecto sin embargo que no puede eludir: su sonrisa macabra. Es Fran misma, de hecho, quien siente la lejanía de Harold y la extrañeza de ese cambio aparentemente bien intencionado. Muchas veces comenta que a pesar de que el joven parece haber cambiado para bien, hay aspectos que le hacen sospechar, como esa sonrisa detrás de la cual parecía no haber nadie. Vemos entonces que Lauder a pesar de no ser "esencialmente malo", -Sartre, revuélcate en tu tumba-, opta por la maldad a modo de venganza. No es hasta que se encuentra al borde de la muerte, traicionado por NADINE CROSS, su amante, que se da cuenta a modo de insight que todo lo que hizo estuvo mal. Se arrepiente y lo escribe en su diario. Se declara culpable por la muerte de el sordomudo NICK, pone su pistola dentro de la boca y jala el gatillo. Queda en el lector ese gustillo amargo por el arrepentimiento tardío, por ese sentir de tristeza que todos hemos tenido, cuando el enemigo recibe un castigo superior al que creíamos que merecía. Es en ese sentido que los personajes de KING solo les falta salir de las páginas para ser humanos. El autor no cae en los estereotipos, más bien deja que cada uno avance de acuerdo a su propia conciencia (algo así, como pensar, por ejemplo, que Adolf Hitler fue quien ideó las primeras leyes en favor de la protección de los animales, ¿no lo sabía), tal cual sucede en la vida real. Y es por eso que las novelas de KING encuentran lectores por millones. Porque somos millones los que nos sentimos identificados en sus obras y nos damos cuenta que cuando HAROLD BLOOM tilda como basura la literatura fantástica, solamente está hablando de su poca contemporaneidad y de la escasa capacidad que tiene de darse cuenta que no todo lo que transcurra en la vida ordinaria, ni aún teniendo elementos fantásticos, debe necesariamente ser catalogado como literatura basura. Stephen King es bueno porque logra analizar la condición humana y logra vislumbrar con éxito los pensamientos del hombre cuando éste llega a su límite. No me canso de King ni de sus libros de más de 1300 páginas porque son libros inteligentes, astutos y que hacen que la vida sea un lugar más reflexivo que antes. Saludos frikings.

domingo, 11 de octubre de 2015

Ryu Murakami y Stephen King

 Hola mundo. Pensé escribir dos publicaciones distintas para estas dos novelas. Las he leído ambas en un record de tiempo. Una en casi dos días y la otra en cuatro horas. Por eso y porque tampoco creo que haya mucho que decir, es que prefiero escribir esta vez un solo post por ambas. 
Terminé de leer "Azul casi transparente" de Ryu Murakami en un bus hace pocos días. El asunto fue el siguiente: pensando que Murakami era un solo autor, compré este libro creyendo que era Haruki Murakami, craso error. La expectativa con que lo había comenzado a leer empezó a decaer progresivamente conforme pasaba las páginas y yo comenzaba a sentirme cada vez más hasta el cuello en la orgía más sórdida y sin sentido alguna vez leída. Para creer que Bukowski es un niño de pecho al lado de Ryu Murakami o que Trainspotting se reduce a las aventurillas de un grupo de aficionados a la baja vida, hay que ser bastante sucio para escribir. Ese comienzo me hizo albergar la tentación de dejarlo de lado (siempre me da vuelta la máxima de Franz Kafka en que dice que si un libro no se lee como un mazazo en la cabeza, entonces no vale la pena continuar leyéndolo). Pero cuando veía que las páginas pasaban con facilidad y que la mitad del libro se veía próxima y de ahí el final, me animé a contuar con la lectura. El libro finalmente termina salvándose cuando, en una especie de segunda parte, los protagonistas caen en el hastío de sus propias vidas y comienzan a mirar el mundo propio y el del resto a través de ese lente. Si podemos obviar de alguna forma todas las páginas sexuales que no tienen mayor sentido desde mi punto de vista, Ryu es un buen narrador. Es capaz de acercarse de forma sutil a los pensamientos comunes que todos tenemos pero que pocos sabemos que es posible traducir a palabras. Me resultaron especialmente bellas las últimas páginas del libro, en que el protagonista, también curiosamente llamado Ryu, relata sus experiencias a partir de las alas polvorientas y brillantes de una polilla, que pone en su lengua y que siente cómo le raspan la garganta, al igual que el escarabajo con el que se topa cuando cae de bruces al pasto húmedo de su ciudad, sintiéndose como un bicho él mismo recorriendo el interior de un monstruo oscuro. Esa parte del libro merece todos mis elogios por la belleza de la prosa y es el fragmento que termina salvándolo de ser solamente la experiencia burda de unos jóvenes drogadictos al borde del abismo con jeringuillas insertadas en las venas. Eso, creo que no tengo más que decir de mi primera lectura de Ryu Murakami. Ah, me da la impresión de que no volveré a tomar un libro suyo durante algún tiempo. 
El segundo libro, del maestro Stephen King, "Colorado kid", se presenta como un texto, digamos, de aprendizaje (bueno que en realidad todos los textos de King tienen que ver con este asunto de desarrollarse y encontrar posibilidades que antes no se veían) de una joven periodista en un diminuto poblado de Maine. Ahí la joven Stephanie (no sé si soy solo yo pero me llama la atención la obvia lectura de Stephanie, Stephen) comparte su puesto de trabajo como practicante con dos longevos y veteranos periodistas que le explican los pormenores del oficio, a través de un misterio que nunca han podido resolver. Lo que me llamó la atención del libro es que, bueno, finalmente el misterio que se presenta no se resuelve nunca a lo largo del texto, entonces da la sensación y ahora me doy cuenta que así es, es que la novela no es sobre el personaje que le da el nombre al libro "Colorado kid", sino sobre el proceso que Stephanie vive mientras se enfrenta a esta leyenda sin respuesta que le plantean sus tutores. Interesante, y es ahí donde se ve la maestria de King pues logra que una historia parezca cerradita y redondita cuando en realidad es una mancha llena de salpicones para todos lados sin ningún orden. Claro, y ahora que lo pienso es así. La estrategia de la meta historia genera o abre la posibilidad de que una de las dos historias, la historia dentro de la historia en este caso, quede abierta mientras que la historia del libro en sí, la historia primera, digamos, quede redonda y sellada. Inteligente técnica. Bueno, sobre mi punto de vista, debo decir que la historia dentro de la historia, vale decir, el misterio que los dos periodistas longevos le cuentan a Stephanie, no me pareció muy interesante. Debe ser porque las posibilidades de resolverse son miles y solo no se pudo nunca saber qué sucedió con el personaje porque desde que hace su entrada a la narración está muerto y por tanto no puede responder la pregunta fundamental: ¿cuál es el motivo? Este motivo de la historia segunda no queda nunca claro (aunque desde mi visión un poco deformada por ser psicólogo, al igual que Elisa Lam, probablemente le vino un brote psicótico que la mandó al diablo), lo que no significa que no exista. Interesante esa reflexión que nos plantea el maestro: el motivo que da fuerza a las decisiones de los personajes como clave fundamental de cualquier narración... algo así como un On writing novelizado. 
Creo de todas formas que así como hay lecturas que se sugieren a las personas de acuerdo a lo que trabajan, este libro debería leerlo todo estudiante de periodismo, creo que encontraría buenos elementos en él.
Eso. Lo terminé de leer cuando el bus llegaba a Concepción, justo a tiempo para guardarlo en la mochila y venir a teclear estas letras acompañado de mi infaltable copa de vino y mis gatúbelos Ramona y Simón. Buenas noches.

domingo, 27 de septiembre de 2015

La mesa limón - Julian Barnes

Debo reconocer que este es uno de esos libros que despiertan en mí una multitud de sentimientos encontrados pues por un lado a cada página tengo la sensación de que no estoy entendiendo nada (o que mi déficit atencional se me disparó) pero luego, cuando llego al final del cuento, me doy cuenta que sí entendí, que todas las piezas encajaron y me dan ganas de seguir leyendo. Es el primer libro que leo de Julian Barnes y todavía no puedo asegurar que habrá un segundo. Es complejo. Hace algunos días venía sentado en el bus pensando cómo poder describir este tipo de escritura y la mejor forma es a través de alguna figura retórica, como la metáfora. Y es que al momento de la lectura me da toda la impresión de estar leyendo, dentro de la misma historia, diversas "islas de información" -personajes, vínculos, crecimientos, subjetividades, etc- pero cuyos puentes, a pesar de existir, no son presentados al lector, o por lo menos no de la forma tradicional. Un tanto dificil de explicar. Es como cuando Virginia Woolf narra a través de la corriente de pensamientos, por medio del monólogo interno, los diversos saltos de pensamiento -valga la redundancia- de sus personajes y uno de pronto se va quedando perdido pues no hay necesariamente nexo que los vincule. Eso mismo de pronto me sucede con La mesa limón. En un momento estoy leyendo un personaje que era un niño y estaba sentado en un sillón de peluquería, pensando que el peluquero era un depravado, y en un momento siguiente me topo con el mismo narrador, pero hablando de otra peluquera que ha comenzado a cortarle el pelo. Entonces uno no sabe si es que simplemente los peluqueros tienen distintos turnos de trabajo o es que el personaje ha crecido y por esa razón quien le corta el pelo es otra persona. A pesar de esto, la contratapa indica que los cuentos que conforman el libro tienen que ver con el proceso de hacerse viejo, con la inevitable certidumbre de que el tiempo se acaba. Quedo pensando entonces que la idea del narrador es mostrar que los personajes y las personas en general -y esto es idea nueva- van en realidad vivenciando el paso del tiempo a través del mundo que a su alrededor va cambiando y que si no fuera por éste no podrían percatarse del paso de los años y de que el tiempo se va.
Acabo de pasar al tercer cuento y estoy tratando de tomármelo con tranquilidad, para que no se me funda el cerebro. De todas formas reconozco que Julian maneja la pluma a la perfección y sabe plasmar con sutileza todo el peso que significa darnos cuenta que no somos eternos, muy a lo Flaubert.
Más adelante sigo comentando. 02/10/2015 Vuelvo a comentar ahora que me falta solo un cuento para terminar la lectura del libro. No sé si habrá sido que me fui acostumbrando a esta prosa tan enrevesada o fue que Barnes se relajó con los últimos relatos para hacerlos accesibles al vulgo, que terminé por comprender más las últimas narraciones que las primeras. Quizá fueron ambas cosas (Vargas Llosa dice que la mala literatura puede dañar tanto a la larga como una comida llena de fritura y grasas). La cosa es que estos últimos textos me terminaron gustando harto más porque los comprendí mejor. Hubo algunos con los que no enganché, pero hubo otros, la mayoría afortunadamente, para poner en la balanza, que me parecieron verdadero arte. Como comentaba anteriormente, en la contraportada se "advierte" al lector de lo que tratan estas historias. Son personas/personajes que vislumbran que el fin se acerca y ven la vida alrededor suyo transcurriendo al mismo ritmo. La familia, las parejas, el sexo, elementos fundamentales. La relación con los pares, las personas significativas, y la forma en que nos vamos desgastando todos por separado pero al mismo tiempo. Ese toque. Hasta el momento me ha "llegado", particularmente la historia de la anciana que le escribe cartas al novelista y que vierte en ellas todo su mundo interno. Me llegó yo creo por varias razones, quizá porque mi propia abuela murió hace poco, pero también porque en la última de las misivas es la cuidadora del asilo en el que se encontraba quien escribe, informando que Sylvia Winstanley -la anciana- murió en una de sus caminatas hacia el buzón. No sé por qué, pero hasta me lo imaginaba. La mujer empequeñecida, caminando con un sobre en la mano llena de expectativas, cayéndose, quebrándose y luego muriendo. Directo al fin. Condenada en su afán de supervivencia literaria. También hubo otras historias que también tocaron mi corazoncito, como el del anciano galán que a los 81 años decide probar nuevos rumbos, dejar a su mujer e irse a vivir con una antigua amiga de ambos. O la historia del dentista semi postrado a cargo de su mujer, que solo se tranquiliza cuando le leen recetas de cocina, en parte cómica en parte dramática, por los epítetos a soportar por su abnegada esposa. Me gustó el libro aunque debo reconocer que es una lectura que debe hacerse descansando de rato en rato. No es para leerlo de un sopetón, así como terapia de shock, porque se corre el riesgo de sufrie un traume y quedar anti barnes para toda la vida. Es uno de esos libros que hay que saber disfrutar, como una delicada comida que exige también el esfuerzo de los comensales por saborearla.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

La borra del café, Mario Benedetti.

Este es el libro que estoy leyendo estos días. A pocas páginas de alcanzar las cien, me parece muy similar (en forma y contenido, como dirían los profesores de castellano de antaño) a otros dos textos que leí hace algunos años: "Mis pequeñas memorias", de José Saramago; y "Antes del fin" de Ernesto Sábato. Por alguna razón al hablar de Sábato y Benedetti, siempre he tenido que esforzarme mentalmente por diferenciarlos pues en mi imaginario son casi la misma persona. No sé si parecerán físicamente o quizá sus escrituras tengan algo en común, por ejemplo, que ambos escriben historias que pintan más como crónicas. Si tuviera que reconocer alguna característica para diferenciarlos, se me ocurre que Sabato escribe desde una posición más fatalista o quizá un poco "pesimista", como se ve en "El túnel"... ah, pero justo cuando termino de escribir el nombre de la novela se me viene a la mente "La tregua", de Benedetti, quizá tan sombría como la del argentino. Bueno, como les iba diciendo, acabo de terminar de leer "La borra del café" (de Benedetti) hoy cuando venía en autobús al trabajo, mientras un tipo a mi lado se comía una rosquilla que sacaba de una bolsa de papel y sorbeteaba su café antes de que se chorreara por sus ropas. Es un bonito libro, y digo bonito en vez de interesante o bello u otro adjetivo, porque cuando se dice que algo es bonito, me da la impresión de que aquello que se califica adquiere una tonalidad de ingenuidad, de candidez. Y eso me pareció el libro, un pelín ingenuo y cándido (características que el narrador no ignora, ciertamente) pero bello. No habla de problemas ni de situaciones existenciales límites, sino más bien de la biografía de una persona normal desde su infancia hasta su adultez, con todas las vicisitudes, altos y bajos, que una vida puede arrastrar. No es la vida de Reinaldo Arenas en "Antes que anochezca", por ejemplo, en que el autor cubano relata el tipo de experiencias extremas o fundamentales que uno suele encontrar más en las novelas, sino una historia que podría ser mía o tuya o de cualquier persona. Es la historia de un joven, Claudio, en crecimiento, que va aprendiendo de la vida y dejándose modificar por ella, por los amores que conoce, por las mujeres que se le desaparecen, por los amigos con los que juega al futbol y por las comidas yugoslavas de Juliksa. Es una novela que en ese sentido podría calificarse "de crecimiento", de aprender experiencias de vida que sin ser tan fundamentales, van marcando el devenir de las personas a lo largo de su existencia. Desde el punto de vista de la "forma" literaria, me llama la atención la intercalación de narradores a través de los cuales la historia es contada. Ahora que lo digo me pregunto si cuando el texto abandonaba la primera persona para adoptaba la tercera, no habrá sido su padre, Sergio, quien fuese el que hablaba de su hijo Claudio, el protagonista. Ese elemento, reconozco, me produjo desconcierto y ahora que lo pienso no logro encontrarle el perfecto sentido. La "novela" (no sé si debería llamarse "novela", en realidad), constituye un buen ejemplo de lo que últimamente se ha llamado "género autoficcional", en que un personaje entrega suficientes elementos al lector para que éste pueda pensar que se trata en realidad de su autor real narrando experiencias a partir de un alter ego. No es novedad pensar que Claudio sería el alter ego de Mario Benedettí, coincidente también con en el tren de nombres de uno y del otro: Claudio Alberto Dionisio Fermín Nepomuceno Umberto (personaje) y Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia (escritor). En el texto se presentan 48 pequeñas crónicas en que se narra algún aspecto de la vida del protagonista, algunas veces relacionadas entre sí y otras absolutamente independientes. Me gustó mucho la forma en que Claudio va creciendo como hombre a través de las páginas sin caer en la obviedad de enunciar o explicar los elementos que diferencian las transiciones de su vida. A pesar de que el narrador de pronto señala momentos en que el personaje es consciente de que ya no es un niño (como por ejemplo cuando el papá le pasó las llaves de la casa, o cuando se acostó con la inquilina chilena de su casa), gran parte de la narración encubre estos elementos y los lectores nos damos cuenta que leemos a alguien más maduro justamente porque las pequeñas crónicas se van haciendo más reflexivas, hecho con el que nos damos cuenta que ya no es el niño el que escribe, sino el adulto Claudio, con responsabilidades ya de hombre. Como señalaba, resta la interrogante de saber quién es el que escribe en tercera persona. No es mi papel descifrarlo. Pienso que pudiera ser su padre, pero me causa un poco de pudor que fuese su padre quien relatase las partes eróticas del protagonista con tanto detalle. Por otro lado me imagino que pudiese ser esta presencia fantasmal, este angel de la guarda que parece cuidar de los personajes en la figura femenina de Rita. "La borra del café" es un bonito libro, agradable y rápido de leer, que nos hace partícipes del crecimiento de sus personajes, con sus pros y sus contras, y nos muestra aquella vida que finalmente termina no siendo tan lejana a la propia vida nuestra.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Desde el jardín, de JERZY KOSINSKI

Es imposible leer “Desde el jardín” sin dejar de pensar en las veces en que todos nos hemos encontrado con sujetos que desde su jardín van comentando a lo largo de su vida, como desde la tangente, para que no se quemen ni se enfríen, sobre los más variados temas sin manejar en realidad ninguna información sobre éstos, en completa ignorancia, utilizando solamente una retórica vaga que les permite hacer como que saben lo que en realidad ignoran por completo. La única diferencia entre estos últimos sujetos y Chauncey Gardiner, el protagonista, es que el narrador nos intenta mostrar que Gardiner habla, digamos, desde la más cándida de las ingenuidades mientras que los primeros lo hacen desde una consciente falsedad y desde un querer aparentar algo que en realidad no son. Esa es, claro, una de las posibilidades de lectura de esta buena novela, entre muchas otras (necesariamente cada reseña se encuentra afirmada en la subjetividad del que la escribe). También se me ocurre la idea de mirar esta narración como una metáfora del sujeto actual, sea lo que sea que quiera decir este constructo, en que todo lo que el individuo dice es celebrado por los oyentes, ensalzado, sin necesariamente haberse comprendido el sentido (si es que tiene alguno) del mensaje, especialmente cuando quien habla ha alcanzado cierta celebridad. Con respecto a esto último, se me viene a la mente en este momento la anécdota que cuenta Stephen King de cuando envió los mismos cuentos a las mismas revistas que le habían rechazado de joven, bajo el mismo nombre (el que claramente no era el mismo), para ser recibidos todos ahora entre aplausos y con firmes promesas de publicación. Ahí nos damos cuenta en realidad que el nombre pesa, incluso a veces más allá que lo que ese nombre pueda proponer. Como otro ejemplo se me ocurre pensar en Stephen Hawking declarando que según todas sus averiguaciones científicas, Dios no existe, o por lo menos no fue necesario para que el universo se configurara como lo vemos hoy en día. Entonces me pregunto, ¿cuántos cientos, miles o quizá millones de científicos no habrán hecho la misma declaración durante todas las centurias que precedieron a Stephen sin que necesariamente saltaran a la gloria ni forzara al Vaticano a activar todos sus mecanismos de censura medievales? Claro, claro, entiendo que por el hecho de ser Stephen Hawking quien lo dice, se le atribuye un peso mayor que al resto de sus colegas y por tanto lo que diga tiene más posibilidades de acercarse a "lo verdadero", a diferencia de otros hombres a los que no se le atribuye tal grado de penetración o interpretación en la realidad. No quiero decir nada más que lo enunciado. No quiero decir que Stephen King no tenga cosas muy importantes que mostrar a través de sus geniales obras ni que don Hawking no pueda expresar sus creencias religiosas a partir de sus investigaciones científicas, solo señalo que la importancia que puede dársele a lo que un hombre declara depende muchas veces, para desgracia de todos, no tanto del mensaje en sí mismo, sino de la fama de quien lo expresa, y es algo que no debemos olvidar. Afortunadamente se da también la situación en que ambas variables confluyen en una, y la opinión de un hombre afamado resulta gloriosa no solo por su nombre, sino porque logra correr las cortinas de las mentes y alumbrar nichos de realidad que hasta entonces se encontraban cerrados (según Milan Kundera éstos serían “nichos existenciales”, pero ocupo otro término porque el autor lo designa exclusivamente para hablar del fin, utilidad, de la Novela). Casos en esta última situación existen bastantes. Ya bien manoseada está la creencia de que el Premio Nobel de Pablo Neruda fue otorgado no tan solo por su gran genio, sino también por el hecho de representar un país en vías del comunismo. Otro, quizá menos conocido, es la “ayuda” que brindó Roberto Bolaño a su amigo Pedro Lemebel (como la ayuda que brindó Neruda a Gabriel García Márquez para el Nobel), para que su obra fuese conocida internacionalmente y lograse publicar en editoriales como la afamada ANAGRAMA. Como vemos, la ayuda o apoyo que los grandes dieron a los no tan grandes de aquel momento, se justifica porque los no tan grandes merecían ocupar también los primeros lugares que hoy en día ocupan en virtud de que su obra sí alumbra y abre nuevos nichos existenciales. Y bueno, el mundo está hecho finalmente de oportunidades, de la persona correcta en el momento justo. A todo esto, me pregunto cambiando de tema, ¿cómo habrá recibido Harold Bloom la noticia del premio de la medalla de las artes a King? Jaja, en fin, el peso del nombre tampoco es algo menor... veremos cómo sigue el libro en las páginas siguientes (voy en la 118/158). 158/158  Bueno, ayer terminé de leer el libro de Kosinski y efectivamente se aplica todo lo que he dicho anteriormente bajo mi único y grandioso nombre, ¿alguna revista que quiera publicarlo? ;)