miércoles, 28 de diciembre de 2016

EL MISTERIO DE SALEM'S LOT - Stephen King



  El Misterio de Salem’s Lot llegó a mis manos casi como un parto. Lo esperé mucho tiempo y cuando llegó, quedé fascinado. Lo había pedido a Book Depository y supuestamente no tardaría más de un mes. ¡Demoró tres! Yo daba el libro ya por perdido cuando un amigo me llama para decirme que había llegado un sobre a su casa procedente de Reino Unido con mi nombre como destinatario.

Ahí estaba, por fin. Realicé el procedimiento habitual. Lo olí, lo miré, me fijé que todo estuviera en orden y lo dejé en el estante de los libros no leídos. Ahí se quedó casi por un año hasta que hace un par de días (25 para ser exacto), lo saqué y comencé a leerlo. Había intentado iniciarlo antes, pero no enganchaba. Leía las páginas y a pesar de que conocía cada una de las palabras (obvio, estaba en español) no quedaba el significado de las oraciones dentro de mi mente. Esto es grave, pensé. Pero luego recordé que venía saliendo de los dos primeros libros de la trilogía de Bill Hodges (Mr. Mercedes y Finders Keepers) y que, además, Salem’s Lot había sido escrita en los primeros tiempos de King, cuando aún era un joven imberbe. Todo comenzó a calzar. Era evidente que la prosa era distinta y que a pesar de que es posible notar a King en todo su esplendor, era un libro que correspondía a otra época, a otro momento del escritor: todavía no conocía a Tabitha (a quien suele agradecer en la mayoría de sus textos), todavía no tenía sus hijos, es decir, vivía un mundo completamente distinto al actual, lo que inevitablemente tenía que ver con su forma de escribir. 
Resultado de imagen para salem's lot 
No tenía idea de lo que trataba Salem’s Lot cuando abrí su primera página, y los primeros contratiempos de lectura fueron dando paso a una narración concisa y bien estructurada. El libro contaba la historia de un joven escritor (Ben Mears) que decide volver al pueblo donde nació, Salem’s Lot, para recabar información sobre una antigua y terrorífica casa, la casa de los Marsten, con el objetivo de adquirir material para un libro que está escribiendo. Por esta razón llega nuestro protagonista a Solar (traducción de lot, creo), en su viejo Citroën, recordando el momento en que de pequeño se había atrevido a entrar a la vieja mansión, como un juego infantil. El problema fue que la casa Marsten no era solo  una casa abandonada, sino una en que un padre había asesinado a su familia para posteriormente ahorcarse (suena familiar ahora que lo escribo, ¿no? ¿Amityville?, ¿quizá?) El asunto es que cuando el chico entra a la casa, ahora abandonada, decide subir al segundo piso como desafío personal, para encontrarse ahí, frente a frente, muchos años después del crimen y suicidio, con el cadaver del Sr. Marsten colgando aún del techo con los ojos abiertos y observantes. El chico sale corriendo y no vuelve más. Hasta que muchos años después decide regresar por su novela.

A medida que avanza la historia, Ben comienza a incorporarse a la vida del pueblo: conoce a su gran amor, Susan Norton, a su familia y comienza a hacerse de algunos amigos. Se da cuenta en sus investigaciones que la casa Marsten ha sido comprada por Richard Throckett Straker, para instalar con su camarada, Kurt (¿conde?) Barlow, una tienda de muebles antiguos. A pesar de que nadie lo ha visto y solo se presume su existencia, Barlow comienza a presentarse por las noches a los habitantes de Salem’s Lot, golpeando las puertas de su casa o apareciendo en las ventanas de las personas preguntando si puede pasar (un vampiro solo puede pasar si es invitado a entrar). La mirada del vampiro es cautivadora y quien le ve no puede salir ya más de su embrujo. Es por eso que todo el pueblo empieza a caer y a convertirse en monstruos chupasangres. Las personas de siempre comienzan a desaparecer: el encargado del vertedero, los hermanos Glick primero y luego toda la familia, etc. Los que mueren vuelven de la muerte y le temen al sol.

Como en la mayoría de las novelas de King, el grupo de salvadores se conforma de unos pocos que han quedado libres de Barlow: Ben (a Susan la vampirizan cuando va a casa de Barlow junto a Mark para matarlo), Mark (el joven que logra escapar), Jimmy (el médico del pueblo), el padre Callahan (el cura), Matt (el profe mateo que muere de un ataque al corazón mientras está en el hospital y que amerita la tremenda frase de Ben: “la muerte de Matt me hace pensar que Dios apartó su vista de nosotros”, cosa tremenda si estás luchando contra vampiros). Estos salvadores se reúnen para hacer frente al malvado Barlow, pero uno a uno empiezan a morir, hasta quedar reducido el grupo a solamente dos de ellos, los dos que logran escapar a otro país escapando del mal. El libro se abre presentando aquel final (Ben y Mark llegando a México para reconstruir sus vidas) y es desde ahí que la narración nos muestra el camino que nuestros dos sobrevivientes han debido seguir para llegar hasta ese punto. 

El misterio de Salem’s Lot pertenece a las obras escritas en un primer tiempo del maestro. Fue redactada incluso antes que Carrie, pero publicada algunos años después. En la novela, King presenta a los vampiros de una forma clásica, como monstruosos seres diabólicos llenos de odio y ansias por sangre humana. El autor se olvida de todo aquel boom rosado del último tiempo que intenta mostrar a los vampiros como seres sexuales, humanizados y erotizados. Opta por el odio en vez de la seducción, lo que acerca la obra más a las lecturas tipo Drácula y la aleja de los libros tipo Crepúsculo de Stephenie Meyer (ya sabemos de dónde viene la rivalidad, si es que puede ocuparse el término). Presenta a un Barlow lleno de elegancia pero ausente de caracteres sexuales. Es un monstruo disfrazado de humano que solo se acerca a estos últimos para robarles su alma y dejarlos convertidos en trapos de cuero y pelo.

El libro me sorprendió. Fue escrito por King antes de los 30 años y ya podemos ver la maestría de la narración, que no cae en absurdos, y que presenta personajes con los que lector logra vincularse, dotando a la obra de verosimilitud, algo especialmente difícil al hablar de entes tan populares e imposibles como los vampiros. Dudamos porque los personajes dudan. Y si los personajes dudan en su mundo ficcional, entonces reaccionan como nosotros si nos viésemos enfrentados a circunstancias similares. Y si reaccionan como nosotros, entonces la obra es verosímil y el pacto ficcional funciona. Pocas veces he sentido miedo al leer un texto. Uno finalmente lee por entretención y no porque te genere miedo, pero con Salem’s Lot fue un poco distinto. 

Excelente libro. Recomendable para las noches de invierno y para todos aquellos que duermen con una ventana a la vista. 526 páginas de puro terror.

No hay comentarios: