martes, 19 de enero de 2016

El nombre de la rosa (Umberto Eco)

Ésta es la primera vez que comienzo un comentario escribiéndolo a mano (después lo paso al blog). Hoy quiero hablar de EL NOMBRE DE LA ROSA. Me he demorado en pensar en algunas ideas y por eso recién lo hago ahora, cuando ya voy en la mitad de la lectura del libro siguiente. Me resulta un poco dificil referirme a El nombre de la rosa porque es un mamotreto tan lleno de elementos que no sé muy bien por dónde empezar. Creo que comenzaré por mi opinión personal. Primero, debo decir que nunca había leído un libro de ECO y debo reconocer que éste, en particular, lo había evitado porque me resultaba un tanto intimidante; primero, por el tamaño de sus letras y segundo, porque sabía que muchos lectores habían abandonado su lectura por considerarlo denso. Denso, princiaplemte por los varios niveles de historia o de lectura que presenta, por la infinidad de citas en latín y también por la utilización de la historia medieval. Si pudiera entonces definirlo en pocas palabras, diría que El nombre de la rosa es varios libros a la vez, que se conjugan armónicamente en una historia perfectamente cuajada. ¿Y qué libros son éstos? 1) La historia de las disputas entre los franciscanos y la curia papal. Este elemento sirve de base a la historia total pues las disputas entre ambas partes constituyen el escenario en que ocurren las muertes en la abadía. 2) La historia segunda de los crímenes que ocurren en la abadía. Con esta narración comienza la novela y es el motor de la historia, bajo el cual se supeditan todos los otros hechos que acontecen. 3) La historia de los monjes espirituales y de Fray Dulcino como elemento antagonista del oficialismo benedictino. 4) La historia de la Santa Inquisición, organizada para erradicar la herejía del mundo laico y eclesiástico. 5) Ya no como historia pero como eje de análisis muy relevante: la reflexión en torno a los libros, particularmente en torno a la relevancia de las bibliotecas y de los conflictos ideológicos que combatían entre las páginas de diversos tomos. Así, Jorge de Burgos, el monje viejo y ciego se asume él mismo como defensor de la doctrina cristiana alejando a los intrusos de las páginas de un cierto tomo malévolo escrito por Aristótoteles. ¿Por qué malévolo?, porque hablaba de las bondades de la risa. Y don Jorge, como el buen amargado que era, definía la risa como una obra del diablo y no de Dios. "Cristo nunca rió", se defendía. De esta forma, vemos que las diversas narraciones se diversifican en numerosos ríos que siempre nos llevan al mismo flujo: los conflictos religiosos. Eco demuestra un talento excepcional en esta novela polifónica llena de espejos que reflejan otros textos (me pregunto si es en este sentido que la crítica señala las referencias a Borges). Para finalizar, puedo agregar que me pareció novedosa la forma en que la narración está estructurada. Algo así como lo que vendría a ser el FOUND FOOTAGE del cine (o literalmente "cinta encontrada", vale decir, aquellas películas en que la historia son los acontecimientos -por lo general siniestros- vividos y grabados por personas de quienes nunca más se supo pero cuyo video fue encontrado perdido en un bosque o en una casa milenariamente abandonada, como THE BLAIR WITCH PROJECT, o THE LAST EXORCISM, o la última buena que vi: THE DYATLOV PASS INCIDENT). Así, la narración se presenta como un FOUND TEXT, es decir, como un texto encontrado por un sujeto que lo introduce al público lector como lo que supuestamente es: el manuscrito perdido de un anciano monje benedictino (Adso de Melk) sobre las aventuras al lado de su maestro Guillermo de Baskerville en sus tiempos de novicio. Un libro recomendable para quien esté en búsqueda de lecturas inteligentes y que le interese aclarar un poco más -como yo- la eterna disputa sobre los elementos que diferencian la buena de la mala literatura.

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