Había olvidado que no había
comentado sobre este libro. Tenía varios otros que aún no subía a la red, pero
ahora que ya lo hice, comienzo a ponerme al día con estas palabras que no son
tan mías ni tan de nadie. Se agradece siempre a quienes comparten un par de
palabras y nos hacen ver, como Rose esperando ser rescatada, que en medio de
toda la oscuridad y silencio aún continúan existiendo personas con voz.
Bukowski, su solo nombre lo
expresa todo y este texto no es la excepción. El libro trata de sus memorias
desde que aprende a usar el computador y deja de lado la máquina de escribir.
Sus reflexiones en torno al oficio de narrador y las ideas que aparecen en su
mente cuando se da cuenta que a pasos agigantados se le acerca la muerte. Creo
que es un libro conveniente para quienes gusten de esto de sentirse
escritorcillos de vez en cuando, para conocer los pensamientos de un grande en
torno a una ocupación tan poco delineada.
La verdad no recuerdo mucho más.
Como todas las cosas grandes, queda el recuerdo grato del sabor a pesar de haber
engullido el plato hace rato. Muy recomendable.
P.D. Quisiera agregar a modo de post data que, como todo buen plato, es necesario comerlo de a poco. Por tanto, una próxima lectura de Bukowski queda relegada al tiempo que en su momento pondrá en mis manos y frente a mi vista algunas de sus páginas.
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