Ver morir a alguien amado es una de las experiencias más terroríficas de la vida. Y cuando el ser amado
muere de forma inesperada, sin dar aviso, puede ser aún peor. Mirar sus cosas ahora
sumidas en el vacío silencioso y solemne de un dormitorio casi ausente, bajar al primer piso y mirar sus llaves colgadas, o caminar a la cocina y
observar desde el pie de la escalera el tazón que ocupó por última vez para
hacerse algo tan mundano, tan trivial como un café, puede ser una de las experiencia más
aterradoras de melancolía.
UN SACO DE HUESOS trata justamente de este proceso: de la muerte de
una mujer y de su viudo esposo que a pesar de los años no puede salir de la
sensación comatosa a la que se ve arrastrado. Michael Noonan, escritor, busca
entonces refugio en la casa del lago que ambos compartieron, con todos los
recuerdos que aparecen en cada una de las habitaciones como fantasmas. En ese
lugar tendrá que enfrentarse con un abuelo diabólico, Max Devore, que busca
quedarse con la custodia de una niña pequeña, sin saber que el viejo no es sino
el nieto de uno de los fundadores malditos del pueblo rural en que tiene su
casa de verano.
La historia juega así en diversas
épocas. Es Michael Noonan quien en un estado medio hipnótico entre sueño y “teletransportación”,
visita los comienzos de la aldea, ahí por los años 1900. Es en estos viajes que
descubre que la comunidad ha sido fundada sobre el crimen de una antigua
cantante de blues negra, Sara Tidwell (Sara Risa), quien luego de ser violada y
muerta junto a su pequeño hijo, arroja una maldición sobre todos los descendientes
de quienes le dieron muerte. De esta forma Noonan descubre que la niña que ha
conocido y que ya ha comenzado a proteger, Ki Devore, lleva en su sangre
también la maldición y que si quiere defenderla, deberá hacer frente a fuerzas
desconocidas, demoníacas y angelicales que buscan disputar su ayuda.
Max Devore, el abuelo de la niña,
se topa así con un antagonista que busca destruir a toda costa, acompañado por
su hija, Rogette Whitmore, tía de Ki. Michael Noonan lucha a través de la
escritura, y al poco tiempo de llegar, comienza la redacción de una novela que
posteriormente le ayudará a descifrar los mensajes secretos que su angelical
esposa fallecida le intenta comunicar desde el otro lado de la existencia, con
el objetivo de a salvar a la pequeña, último miembro del clan maldito.
Noonan se juega el pellejo
valientemente, armando una estructura narrativa que le permite conocer el lugar
donde han sido enterrados los cuerpos de la malograda madre y su hijo, desde
donde los desentierra y anula la maldición echándoles lejía a los huesos
carcomidos (demasiado fantástico para mi gusto, pero bueh, es el maestro).
Ahora mi opinión. Quiero ser
claro en que yo admiro al maestro King sobre muchos otros autores. Sin embargo,
esta admiración debe servir para mirar también su obra desde un punto de vista
crítico. Sobre esto, me da la sensación, como me ha dado con otras obras de
King, que los elementos paranormales sirven en este caso solamente para “afear”
la historia. Un saco de huesos podría haber sido escrita perfectamente sin
recurrir a tanto mundo mágico y sobrenatural, dotando a la narración de un
toque de realidad, no por ello menos “King” que otros de sus textos. Recordemos
por ejemplo STAND BY ME. King no recurre en esta historia en ningún momento a
componentes sobrenaturales y resulta una de las más elogiadas por la crítica.
Creo que no es necesario por lo tanto llegar siempre a lo fantasmal o a lo
terrorífico en el mundo King a través de elementos sobrenaturales. Sobradamente
está probado que King tiene la habilidad de hacerlo sin necesariamente
referirse a una realidad distinta a la perceptible por todos nosotros.
Resulta interesante también el
particular trato con el que King delinea a sus niños, que siempre tienen algo
mágico, algo no mostrado, no develado, en sus obras. Un saco de huesos me
recordó así un poco a EL RESPLANDOR, con Danny Torrance y su habilidad parapsicológica
de leer las mentes, ahora encarnado en la figura de la pequeña Ki Devore, con
la misma habilidad, sin saberlo. Es gracias a esta capacidad que la niña logra
comunicarse telepáticamente con nuestro protagonista, su salvador, de la misma
forma que Danny Torrance lo hace con Dick Hallorann en THE SHINING. ¿Autoplagio?, no qué va. ¿Continuidad en su obra?, sí,
por ahí va.
El tema de la muerte es también
un asunto recurrente en la obra de Freud (eso iba a escribir en un comienzo
jaja), en la obra de King, quiero decir. Bueno, para toda la literatura en
realidad, pero lo que marca la diferencia entre los libros de Stephen y los del
resto de la literatura, es que King teoriza a través de sus narraciones en los
posibles “beyond the grave”, más allá de la tumba. REVIVAL, por ejemplo, o en
CEMENTERIO DE ANIMALES. ¿Qué mundos pinta la existencia más allá de la muerte? Es
una pregunta constante en la imaginación del maestro; la forma en que el alma
sobrevive a la muerte carnal y qué senderos debe caminar una vez cruzada la
puerta. UN SACO DE HUESOS explora esta posibilidad a través de los fantasmas de
sus personajes, a los que incluso llega a hacer pelear frente a sus
desavenencias.
Si bien UN SACO DE HUESOS no es
la mejor novela que he leído del maestro, sí me quedo con ella por el hecho de
la exploración que el escritor hace del mundo anímico de los personajes luego
de la muerte de uno de ellos. Cuando uno piensa en Dostoievski como el primer
psicólogo sin serlo, uno debiese entonces pensar en King como un conocedor del
alma humana, sin ser tampoco un especialista formado en estas materias. La literatura
se ve así como una manera para aproximarnos al fenómeno global humano, desde
distintas miradas o posturas.
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