Hace tiempo que no escribo por
estos lados. Me tomé más tiempo del que pensé para leer el último libro de
Stephen King, INSOMNIA (no el último escrito, el último comprado). Lo escogí
entre los muchos que tengo aún sin leer porque en una página de Facebook
pregunté cuál me recomendaban y casi por unanimidad me dijeron ¡Insomnia!, es
el mejor, te encantará, etc.
Bueno. El libraco en cuestión es
un mamotreto de 860 páginas, impreso en papel biblia para que no ocupe mucho
espacio, y trata sobre los eventos sucedidos a Ralph Roberts luego de la muerte
de su esposa, Carolyn, víctima del cáncer.
¿Y qué le sucede?
Pues a los pocos meses de la
muerte de su esposa, nuestro protagonista empieza a sufrir de un insomnio
terrible que le impide descansar y que lo hace despertar cada vez más temprano.
Es en una de estas noches que Ralph observa algo extraño por la ventana: dos
sujetos, dos médicos calvos y bajitos saliendo de la casa de una vecina
anciana, también afectada de una enfermedad terminal. Llama a la policía.
¿Resultado?, pues la anciana ha muerto, pero sin indicios de acciones de
terceros: la anciana ha muerto de causa natural. Ralph comenta la situación a
un amigo, pero éste no le cree y le sugiere que vaya al médico pues puede estar
viviendo episodios alucinatorios sin darse cuenta, obviamente.
Ralph lo ignora, pero al poco
tiempo del extraño encuentro con estos seres, Ralph comienza inexplicablemente
a observar sombras que se desprenden de la gente y luego colores. Se da cuenta
que puede observar sus auras y que de alguna manera benigna, alimentarse de
ellas. Ralph es el protagonista bueno, así como una madre Abigail para los
entendidos. El problema es que ver las auras es solo el principio de un proceso
de transformación en el que se encuentran también otros, un proceso mucho
mayor, que los encamina hacia una guerra contra los poderes oscuros del
universo.
Insomnia corre paralelo a las
novelas más fantásticas de Stephen King, esas que plantean un universo que se
toca en otros textos suyos y que le sirve de soporte al autor para plantear
diversos escenarios a partir del mismo origen. De hecho, si pudiésemos rastrear
las temáticas en la obra de King, nos damos cuenta que sus libros de hecho se
inauguran a partir de la telekinesis de una adolescente víctima de bullying
(Carrie). Desde ahí, continuamente el autor nos hará transitar en torno a las
dimensiones desconocidas, aquellas que existen, pero que no vemos ni
percibimos. Duma Key, Revival (cuya base evidente es Frankenstein, o el moderno
Prometeo), su ya clásico IT, son ejemplos de lo anterior.
Particularmente en Insomnia, King
se sirve de la mitología griega para plantear la actividad de algunos de sus
personajes principales: estamos insertos en un universo comandado por las
moiras Cloto, Láquesis y Átropos, tres entes que con los pies entre lo humano y
lo divino, se encargan de cronometrar y poner fin a la vida de los hombres.
Sobre ellos, sin embargo, hay otros entes, otros sujetos no comprensibles por
el razonamiento humano, que funcionan como los directores de la orquesta total.
De esta manera, Insomnia introduce los elementos principales que se retomarán
con posterioridad en La Torre Oscura, la magnum
opus del autor norteamericano. El rey Carmesí, la fuerza del KA, aquella energía
vital que mantiene a los hombres en movimiento (tomado por el autor desde la
mitología egipcia), son alguno de los elementos que la novela presenta quizá de
forma primera.
Tal como ocurre con otras novelas
del autor, uno de los elementos que hacen que la novela sea memorable, es su
final. La conclusión de los personajes es apoteósico, genial y, además,
esperanzador. A pesar de esto, Insomnia me resultó un libro largo y a veces un
tanto repetitivo en escenas o elementos ya descritos. Es, aproximadamente desde
la página 400, que el autor empieza a poner en juego los elementos que con
tanto ahínco ha ido anunciando durante la primera parte. La página 400, por
tanto, marca una diferencia. Lo que ya se nos ha hecho tedioso de tanto leer,
comienza a adquirir sentido, y es este sentido lo que finalmente encumbra la
obra hacia lo fascinante que puede llegar a ser. Ralph se da cuenta que no está
solo, hay más personas como él, que funcionan como aliados frente a las
potencias del mal. Encuentra el amor en estos sujetos y finalmente puede vivir
en paz.
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